JMJa!

…………………………………………..

Es, Santidad, a su salud
esta Jornada
Mundial de la Juventud
apaleada.

…………………………………………..

19 comentarios en “JMJa!”

  1. Romper el secreto de confesión de un pederasta sería un sacrilegio. Claro; aquí en Madrid sin ir más lejos, los amparan. Están entre ellos.
    Pero decirles a los falangistas durante la nefasta guerra civil (y después): Ahí lo teneis, fusiladlo. Acaba de confesarse y es rojo. Eso era un servicio a la causa. No sé cómo pensar sobre eso para ver si puedo sacar alguna conclusión que me conduzca a pensar bien sobre la Iglesia.

  2. Pues yo soy ateo por la gracia de Dios.
    O mejor dicho: por la gracia de aquellos que llevan 2000 y pico años viviendo del cuento de que son sus representantes.
    Yo también sé muy bien de qué hablo. Creo que la opinión debe ser valorada según de quien venga. Y, sinceramente, no es lo mismo opinar de algo cuando lo has visto siempre con la misma óptica.
    Por decirlo de alguna forma, he estado en las dos situaciones y, creedme o no, la Iglesia, por múltiples razones que todos conocemos, es nociva para la sociedad.
    Y no nos debería valer que nos digan: ¿Pederastas?, sólo unos cuantos (de miles diría yo). ¿Corruptos?, muy poquitos (de miles, otra vez yo), etc, etc.
    Su máximo jefe, representante o como se le quiera llamar, no puede amparar todo eso, quedarse tan tranquilo y tachar de nazis a los que no piensen como él (ellos). Precisamente quien tan cerca ha estado y está de esas ideas autoritarias.
    Correveidiles de Franco, chivatos con pistola y metiéndolo bajo palio. Manifestantes contra el progresismo, contrarios a cualquier tipo de aborto y a favor de que en el tercer mundo sigan sin saber lo que es un condón.
    Vamos, como para coger un cirio y salir corriendo detrás del jefe. Y tanto y tanto más. ¿Todavía parece que tengamos que recibirle con palmas?.
    Bastante tenemos con soportar semejante mal y cargar económicamente con sus festivos viajecitos. Queramos o no. En fin, que me embalo.

    1. Vaya, ¡Xabel Vegas comentando en mi blog!… Es un honor y un placer. Y más si es verdad que te ha gustado.
      Que sepas que he visto todos tus discos, he leído todas tus películas y he oído todos tus blogs varias veces, en versión original y sin subtítulos.

  3. Respecto al comentario de Gallota de 9-ago a 15:00 h, suscribo hasta las comas (bueno, sin llegar a la Confirmación, pero con 13 años de colegio religioso). La fe y «es lo que se hizo siempre» no son argumentos. En realidad sí lo son para mantener lo que no resiste un análisis con otra justificación. Y la verdad que vale para explicar tanto lo del papa (perdón, el Papa), como lo del ayatolah (idem) y otras cuantas religiones.
    Ah… y puestos a escoger, hay algunas que ni ahora ni nunca han proclamado que se debe matar al infiel.

    1. Muchísimas gracias, Mario, de verdad… ¡Y cuánta razón llevas!
      Por cierto: puestos a suscribir, ¡suscríbete a mi blog! («yo he venido aquí a hablar de mi libro», jajaja).

  4. Oye, Gallota: si sólo tienes siete añitos mejor quédate en casa con el culo contra una pared o ponte un botón de gabardina en el culo porque este menda es el jefe de los pedófilos, que viene a insultarnos y a llevarse nuestros euros y a mantener su negocio de venta de una mercancía que nadie ha visto nunca.

    ¡Menudo negocio, vender humo desde hace 2000 años y que la gente siga comprando!

    1. ¿Ves lo que te decía, Antonio? Si uno mira atrás, siempre se encontrará a alguien aún más indignado con tus jefes (el invisible del ojo triangular y el de las visibles ojeras). Y Alberto no está indignado, no: está lo siguiente… Algo le habrán hecho.

      1. Ya, pero a mi comentarios como este me parecen una pérdida de tiempo. Es un insulto sin más.
        No hay argumentos.
        No hay críticas.
        No hay alternativas.

        Hay muchos Alberto S. en España y poco Albert Camus (por poner un ejemplo).

        Por si te interesa (y pasando del Alberto S. ese). Alguna vez leí (no sé de quién es) que los españoles siempre van detrás de los curas, o con un cirio o con un garrote.
        Ojalá algún día todos escuchemos lo que dicen y veamos qué podemos aprender, qué cosas aceptamos y qué cosas nos interesan. Ni con un cirio, ni con un garrote. Y me temo que cada vez hay más españoles con cirios y con garrotes.

        Lo dicho, es que me enrrollo que no paro.

      2. Antonio, a lo mejor es que algunos ya hemos escuchado lo que nos dicen y no nos interesa. Ya fueron los griegos (creo que en Efeso, no me voy a repasar los Hechos de los Apóstoles para darte la cita exacta) quienes le dijeron a Saulo-Pablo que de eso hablaríamos otro día. Y mira, 2000 años después seguimos igual: los unos dando la barrila con la «buena nueva» y los otros mandándoles a varear fideos a Barakaldo.
        Cierto que habemos muchos Albertos en España, pero también es cierto que desafortunadamente también hay muchos Antonio que no ven a dos palmos de sus narices, quizás por el grosor del cirio o del garrote. Ojalá sea por eso y no porque son incapaces de reconocer lo que tienen delante de ellos.

  5. Qué pena que no veas el amor que es capaz de transmitir el Papa.

    Qué pena que no veas el cariño con el que va a viajar hasta aquí.

    Qué pena que no veas el amor que trae en su mensaje.

    Qué pena que no veas el cariño con el que le vamos a recibir.

    Qué pena que no veas la esperanza con la que esperamos su mensaje.

    Qué pena que no veas las ganas que tenemos de compartir experiencias entre nosotros, los cristianos.

    En fin, espero que si escuchas o lees lo que el Papa dice en estos días que esté en Madrid, te des cuenta de que hay muchos ¡muchísimos! motivos para esperarle con alegría y sacar provecho de su mensaje.

    Un saludo,

    1. Lo primero, agradecerte, Antonio, la absoluta corrección, tanto en el fondo como en la forma, de tu discrepante comentario (no, no busquéis ironía en mis palabras, porque no la hay): en estos tiempos de tanto sectarismo y mal rollo es algo que no se debe desdeñar.
      Pero, sintiéndolo mucho (ahora sí estoy siendo irónico), mi actitud hacia vuestra jerarquía eclesiástica, y muy especialmente hacia vuestro muy siniestro Papa Ratzinger (¡ay, la cara es el espejo del alma!), no es –no puede ser– tan tolerante. Y, créeme, sé de lo que hablo: me crié en el seno de una familia de muy arraigada fe católica, aunque también –y ya sé, por experiencia, que eso tampoco es nada excepcional– muy tolerante y llena de amor. Una suerte, lo segundo. Porque muy pronto –recibí la Confirmación a los 16 años, creo recordar– pude descubrir las insondables lagunas y los infamantes pecados de la historia de la Iglesia de Roma y de muchos (no todos: también conozco y trato honorabilísimas excepciones) de sus representantes: curas, obispos y cardenales (las monjas no cuentan: al fin y al cabo son poco más que criadas sin voz ni voto para la mayoría de vosotros). Y no entraré en más detalles, que esto es un blog de humor y no un informativo de TelaHinco…
      Si, como contáis en vuestra novela favorita, el indignado perroflauta aquel de Nazaret hubiera levantado la cabeza, se habría vuelto a crucificar él mismo al ver en qué habéis convertido su programa electoral.
      Así que, para mi, la pena es más bien que tú y tanta gente como tú, seguramente de buen corazón y mejores intenciones, no sea capaz de ver la porquería acumulada durante siglos bajo las sotanas y bajo las alfombras de El Vaticano o del Instituto para las Obras de Religión, tu otro banco y cada día el de menos gente.
      Te deseo sinceramente, Antonio, lo mejor… Aunque, al revés que Neo, es probable que ya hayas decidido hace tiempo que lo mejor para ti es la pastilla azul: la de ignorarlo todo y creer lo que quieras creer. Dicen que éste es un país libre. Así que a ver si, por lo menos, del 16 al 21 de agosto tenemos todos vuestra fiesta en paz.
      Amén.
      (Dios, es salir el tema de los Omnipotentes y me vengo arriba… Disculpad la filípica. Ya cierro el pico)

      1. Gallota,
        dices que yo he elegido ignorarlo todo…. Yo lo que veo es que son otros (y me parece que tú estás entre ellos) los que han elegido ignorarlo todo.

        No quieren (quereis) ver que, más allá de las lacras que han supuesto, suponen y, me temo, supondrán, algunos miembros de la Iglesia (aunque sean relevantes), la Iglesia Católica tiene un mensaje que transmitir. Te invito a escuchar ese mensaje, más allá de que haya gente escuchándolo que tenga vergüenzas que tapar.

        Me da pena que, alguien no aprecie un buen libro porque en la editorial trabaja alguien cuyos actos sean rechazables. Me da pena que alguien se pierda un buen concierto porque los que lo han montado sean unos impresentables. Me da pena que venga alguien a traer un gran mensaje de amor, a proponer una forma de vida y algunos se lo pierdan porque algunos de los que estén por allí hayan hecho no sé cuántas barbaridades.

        No mires quién ha puesto el equipo de sonido, escucha la canción.
        No mirés de quién es el cine, disfruta de la peli.
        No mires quién está a tu lado, escucha el mensaje que el Papa viene a traerte.

        Te agradezco tu deseo de que tengamos la fiesta en paz. Ojalá todos hicieran lo mismo y no hubiera que temer manifestaciones irrespetuosas, intentos de sabotaje (¿a que ninguno nos creemos que sea una casualidad que se convoque una huelga en el transporte en pleno mes de agosto?), etc. Una cosa más, no lo consideres ‘vuestra fiesta’, también es tuya. Estás invitado. Por supuesto que eres libre de acudir o no, pero de verdad y de todo corazón, estás invitado.

        (perdona, pero a mí me pasa lo mismo, enseguida me vengo para arriba cuando una discusión se plantea con respeto).

        Salud

    1. No me digas nada, Marco… Ayer acabé el dibujo y por la noche tuve una pesadilla: tengo siete años y nuestro catequista nos lleva de excursión a Roma.

  6. ¡¡Genial tu comentario en Público acerca de las benditas, magníficas, saludables y cariñosas hostias que la Policía reparte de manera altruista a los jóvenes reunidos en la Puerta del Sol!!

    1. ¡Muchísimas gracias, Alber!… Uno intenta repartir también lo que puede: principalmente alguna sonrisa y, por qué no, también alguna hostia consagrada a tanto mercader del templo y tanto sepulcro blanqueado (yo hice hasta la Confirmación, hijo mío, así que sé de lo que hablo). Si el perroflauta aquel de Nazaret realmente hubiera levantado la cabeza, como afirman algunos, ahora mismo estaría más que indignado.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s